"El Perú es un país de extraordinaria variedad de recursos vivos y ecosistemas, que hoy se conocen como diversidad biológica o biodiversidad, y por esto está entre los países megadiversos del planeta, y entre estos ocupa uno de los cinco primeros sitiales. La diversidad de recursos genéticos también es un logro de los grupos humanos, que durante un proceso de, al menos, diez mil años, han domesticado plantas nativas, las han seleccionado y adaptado a los pisos ecológicos, y han domesticado especies de la fauna.”
Antonio Brack Egg en Biodiversidad: Firmeza necesaria
Cuando me propuse una idea original – como la propuesta de Gastón Acurio de difundir la gastronomía peruana como posterior canal de comercio de productos agroindustriales – lo considere un reto, ya que es muy difícil tratar, en cierto sentido, de “hacer dinero” en el Perú en algún negocio de exportación y además incluir a los pobres[1]. Esto resulta contradictorio con la enorme diversidad de recursos naturales que tiene el Perú, como lo menciona Antonio Brack en la introducción. A partir de esa frase, se me ocurrió investigar mas sobre las plantas nativas y medicinales[2], de las cuales sospeché que tenían un cierto potencial para un negocio que permitiera la inclusión social.
Así, mi propuesta es la siguiente:
Implementar una estrategia que permita optimizar las ventajas comparativas que nos otorga tener una gran diversidad de plantas medicinales, el conocimiento, usos y convertirlas en ventajas competitivas en provecho del desarrollo del país y en beneficio de nuestros pueblos indígenas. De esta forma, el objetivo de fondo es que el Perú sea percibido como el lugar en donde potencialmente se encuentre la cura a cualquier enfermedad.
El lado de la oferta de las plantas es plenamente identificable: Antonio Brack nos revela que el país tiene 182 especies de plantas nativas domésticas, con centenares y hasta miles de variedades, de las que 174 son de origen andino, amazónico y costeño y 7 de origen americano, y que fueron introducidas hace siglos.
Por el lado de la demanda, el deterioro ambiental y la evidencia de los efectos negativos colaterales de algunos fármacos sintéticos han estimulado el consumo de productos naturales. También podríamos agregar la creciente tendencia a la automedicación. Si nos referimos a estadísticas, gran parte de la población mundial no tiene acceso a medicinas por el costo elevado, por lo cual recurre a las plantas medicinales[3]. Fernando Cabieses expresa en su libro "Ayer y hoy. Las Plantas Medicinales" que en el Perú más del 30% de la población depende de la medicina tradicional.
En un curso de mi carrera, Teoría del Desarrollo Y Crecimiento, aprendí que un país no crece solo a partir de los dos componentes importantes como es el capital (fomentar la inversión) y la mano de obra (invertir en educación, capacitación de técnicos) para aumentar el producto. Componentes, de los cuales todos los políticos se llenan la boca en sus campanas presidenciales. Es también importante el desarrollo de tecnologías, la investigación, de las cual provienen las mas grandes innovaciones que generan olas de crecimiento. Esto se puede aplicar en el contexto de las plantas medicinales.
El problema actual es que las ventajas comparativas de las plantas medicinales, no se están traduciendo en ventajas competitivas debido a la falta de investigación y la explotación de materias primas. En otras palabras, necesitan de investigación previa para su posterior desarrollo. Muchas investigaciones ya se realizan en la selva del Perú por parte de los laboratorios farmacéuticos[4] de forma privada[5]. Y es que nuestra falta de recursos monetarios hace que otras personas conozcan más las propiedades de las plantas que los mismos peruanos.
Lo que se podría hacer es incluir en la investigación personas peruanas que aprendan la tecnología de ellos de tal manera que este conocimiento se pueda convertir en un bien publico. O también la búsqueda de financiamiento se puede encontrar en una asociación entre entes estatales y empresas privadas [6].
Otra alternativa de inclusión social en el mercado de las plantas medicinales es el conocimiento etnobotánico ancestral de estos "medicamentos vegetales", de uso tradicional por las diferentes etnias que conforman nuestro territorio. Tradicionalmente, las mujeres han sido las principales productoras de medicinas basados en plantas, a través de microempresas hogareñas. Tomar en cuenta el enfoque de género puede ayudar a los sistemas de atención médica a reconocer y valorar el papel que las mujeres desempeñan en la implementación de métodos de medicina alternativa basados en plantas medicinales.
Por otro lado, las comunidades podrían participar de una forma más activa, asignándoseles la labor de la domesticación y cultivo de las plantas medicinales. De hecho, de todas las empresas en Iquitos que utilizan como insumo a estas plantas medicinales, solo una de ellas implementa su cultivo. Todas las demás se dedican a la mera extracción, lo que evidentemente atenta contra la preservación de las especies explotadas. Es aquí en donde se podría recurrir a las comunidades, quienes están más familiarizadas con las especies, a fin de iniciar un proceso de cultivo de dichas plantas.
Definitivamente, si queremos promocionarnos como un lugar con una amplia gamma de medicinas naturales, es necesario que contemos con normas mínimas de calidad en cuanto a las características y seguridad tanto de los insumos (las plantas) como de los productos mismos (las medicinas naturales). Asimismo, es importante proyectar una imagen de productores de medicina natural que se preocupan por la biodiversidad que explotan; en ese sentido, se debería promover la conservación de las plantas medicinales empleadas como insumos, trabajando de forma conjunta con las comunidades.
Este puede ser el punto de partida para el desarrollo de otros rubros como los productos cosméticos a base de plantas nativas y la fitoterapia[7].
En conclusión, la presente propuesta busca, además de la divulgación de la marca país, una participación activa de los sectores que típicamente han sido excluidos de los planes de desarrollo. Particularmente, esta propuesta está diseñada para trabajar en forma conjunta con las comunidades amazónicas y, claro está, el sector privado junto con el gobierno (quien cumpliría un rol de promotor).
[1] Bien lo hace Gastón Acurio en su propuesta: “Sin embargo los cocineros peruanos sabemos también que todos estos sueños encuentran en la desigualdad, una amenaza a nuestros objetivos. Y es que el hambre no solo debilita a una marca país. También frena la cultura y sobretodo frena la creatividad de un pueblo que en vez de explorar nuevas formas de arte o placer, debe dedicarse a inventar cada día el difícil arte de sobrevivir. Es por ello que los cocineros peruanos, escuchando esta relación de dependencia entre pobreza y marca país hace buen tiempo llegamos a una similar conclusión. Para llevar a la gastronomía peruana por el mundo primero debemos vencer el hambre en el Perú” CADE 2006
[2] “Planta medicinal : cualquier planta que en uno o mas de sus órganos contiene sustancias que pueden ser utilizadas con finalidad terapéutica o que son precursores para la semisintesis químico farmacéutica.” En Aportes para el Desarrollo del Sector de plantas medicinales y aromáticas en el Uruguay. www.mercosurgtz.org/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=169&lang=
[3] Según la OMS y la FAO, se calcula que las dos terceras partes de la población mundial 4 000 millones de personas recurren al uso de plantas medicinales.
[4] Es importante resaltar que el 60% del mercado mundial de los fármacos sintéticos están controlados por 10 laboratorios pertenecientes a 10 empresas multinacionales: Pfizer, Glaxo Smith Kline, Merck&Co, Bristol-Myers Squibb, AstraZeneca, Avantis, Johnson&Jonson, Noavartis, Wyeth y Eli Lilly.
[5] Puede existir el peligro que muchas personas en condiciones de pobreza y pueblos indígenas no siempre se beneficien de su comercialización y venta como pasó con la uña de gato. Esto debido a que muchas plantas y sus componentes químicos no han sido patentados por los grupos culturales que primero descubrieron sus características curativas. 726 toneladas de “uña de gato” (Uncaria tomentosa) fueron cosechadas en Perú en 1995 y exportadas a países extranjeros. En enero de 1999, el precio para la “uña de gato” en los Estados Unidos, sin procesar y a granel, era de aproximadamente once dólares por kilogramo.
[6] Debe rescatarse el convenio realizado entre la Universidad Agraria La Molina y Laboratorios Hersil orientado a la investigación, desarrollo y comercialización a partir de plantas medicinales.
[7] La fitoterapia se puede definir como la ciencia que estudia la utilización de los productos de origen vegetal con una finalidad terapeutica, ya sea para prevenir, atenuar o curar un estado patologico.
Antonio Brack Egg en Biodiversidad: Firmeza necesaria
Cuando me propuse una idea original – como la propuesta de Gastón Acurio de difundir la gastronomía peruana como posterior canal de comercio de productos agroindustriales – lo considere un reto, ya que es muy difícil tratar, en cierto sentido, de “hacer dinero” en el Perú en algún negocio de exportación y además incluir a los pobres[1]. Esto resulta contradictorio con la enorme diversidad de recursos naturales que tiene el Perú, como lo menciona Antonio Brack en la introducción. A partir de esa frase, se me ocurrió investigar mas sobre las plantas nativas y medicinales[2], de las cuales sospeché que tenían un cierto potencial para un negocio que permitiera la inclusión social.
Así, mi propuesta es la siguiente:
Implementar una estrategia que permita optimizar las ventajas comparativas que nos otorga tener una gran diversidad de plantas medicinales, el conocimiento, usos y convertirlas en ventajas competitivas en provecho del desarrollo del país y en beneficio de nuestros pueblos indígenas. De esta forma, el objetivo de fondo es que el Perú sea percibido como el lugar en donde potencialmente se encuentre la cura a cualquier enfermedad.
El lado de la oferta de las plantas es plenamente identificable: Antonio Brack nos revela que el país tiene 182 especies de plantas nativas domésticas, con centenares y hasta miles de variedades, de las que 174 son de origen andino, amazónico y costeño y 7 de origen americano, y que fueron introducidas hace siglos.
Por el lado de la demanda, el deterioro ambiental y la evidencia de los efectos negativos colaterales de algunos fármacos sintéticos han estimulado el consumo de productos naturales. También podríamos agregar la creciente tendencia a la automedicación. Si nos referimos a estadísticas, gran parte de la población mundial no tiene acceso a medicinas por el costo elevado, por lo cual recurre a las plantas medicinales[3]. Fernando Cabieses expresa en su libro "Ayer y hoy. Las Plantas Medicinales" que en el Perú más del 30% de la población depende de la medicina tradicional.
En un curso de mi carrera, Teoría del Desarrollo Y Crecimiento, aprendí que un país no crece solo a partir de los dos componentes importantes como es el capital (fomentar la inversión) y la mano de obra (invertir en educación, capacitación de técnicos) para aumentar el producto. Componentes, de los cuales todos los políticos se llenan la boca en sus campanas presidenciales. Es también importante el desarrollo de tecnologías, la investigación, de las cual provienen las mas grandes innovaciones que generan olas de crecimiento. Esto se puede aplicar en el contexto de las plantas medicinales.
El problema actual es que las ventajas comparativas de las plantas medicinales, no se están traduciendo en ventajas competitivas debido a la falta de investigación y la explotación de materias primas. En otras palabras, necesitan de investigación previa para su posterior desarrollo. Muchas investigaciones ya se realizan en la selva del Perú por parte de los laboratorios farmacéuticos[4] de forma privada[5]. Y es que nuestra falta de recursos monetarios hace que otras personas conozcan más las propiedades de las plantas que los mismos peruanos.
Lo que se podría hacer es incluir en la investigación personas peruanas que aprendan la tecnología de ellos de tal manera que este conocimiento se pueda convertir en un bien publico. O también la búsqueda de financiamiento se puede encontrar en una asociación entre entes estatales y empresas privadas [6].
Otra alternativa de inclusión social en el mercado de las plantas medicinales es el conocimiento etnobotánico ancestral de estos "medicamentos vegetales", de uso tradicional por las diferentes etnias que conforman nuestro territorio. Tradicionalmente, las mujeres han sido las principales productoras de medicinas basados en plantas, a través de microempresas hogareñas. Tomar en cuenta el enfoque de género puede ayudar a los sistemas de atención médica a reconocer y valorar el papel que las mujeres desempeñan en la implementación de métodos de medicina alternativa basados en plantas medicinales.
Por otro lado, las comunidades podrían participar de una forma más activa, asignándoseles la labor de la domesticación y cultivo de las plantas medicinales. De hecho, de todas las empresas en Iquitos que utilizan como insumo a estas plantas medicinales, solo una de ellas implementa su cultivo. Todas las demás se dedican a la mera extracción, lo que evidentemente atenta contra la preservación de las especies explotadas. Es aquí en donde se podría recurrir a las comunidades, quienes están más familiarizadas con las especies, a fin de iniciar un proceso de cultivo de dichas plantas.
Definitivamente, si queremos promocionarnos como un lugar con una amplia gamma de medicinas naturales, es necesario que contemos con normas mínimas de calidad en cuanto a las características y seguridad tanto de los insumos (las plantas) como de los productos mismos (las medicinas naturales). Asimismo, es importante proyectar una imagen de productores de medicina natural que se preocupan por la biodiversidad que explotan; en ese sentido, se debería promover la conservación de las plantas medicinales empleadas como insumos, trabajando de forma conjunta con las comunidades.
Este puede ser el punto de partida para el desarrollo de otros rubros como los productos cosméticos a base de plantas nativas y la fitoterapia[7].
En conclusión, la presente propuesta busca, además de la divulgación de la marca país, una participación activa de los sectores que típicamente han sido excluidos de los planes de desarrollo. Particularmente, esta propuesta está diseñada para trabajar en forma conjunta con las comunidades amazónicas y, claro está, el sector privado junto con el gobierno (quien cumpliría un rol de promotor).
[1] Bien lo hace Gastón Acurio en su propuesta: “Sin embargo los cocineros peruanos sabemos también que todos estos sueños encuentran en la desigualdad, una amenaza a nuestros objetivos. Y es que el hambre no solo debilita a una marca país. También frena la cultura y sobretodo frena la creatividad de un pueblo que en vez de explorar nuevas formas de arte o placer, debe dedicarse a inventar cada día el difícil arte de sobrevivir. Es por ello que los cocineros peruanos, escuchando esta relación de dependencia entre pobreza y marca país hace buen tiempo llegamos a una similar conclusión. Para llevar a la gastronomía peruana por el mundo primero debemos vencer el hambre en el Perú” CADE 2006
[2] “Planta medicinal : cualquier planta que en uno o mas de sus órganos contiene sustancias que pueden ser utilizadas con finalidad terapéutica o que son precursores para la semisintesis químico farmacéutica.” En Aportes para el Desarrollo del Sector de plantas medicinales y aromáticas en el Uruguay. www.mercosurgtz.org/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=169&lang=
[3] Según la OMS y la FAO, se calcula que las dos terceras partes de la población mundial 4 000 millones de personas recurren al uso de plantas medicinales.
[4] Es importante resaltar que el 60% del mercado mundial de los fármacos sintéticos están controlados por 10 laboratorios pertenecientes a 10 empresas multinacionales: Pfizer, Glaxo Smith Kline, Merck&Co, Bristol-Myers Squibb, AstraZeneca, Avantis, Johnson&Jonson, Noavartis, Wyeth y Eli Lilly.
[5] Puede existir el peligro que muchas personas en condiciones de pobreza y pueblos indígenas no siempre se beneficien de su comercialización y venta como pasó con la uña de gato. Esto debido a que muchas plantas y sus componentes químicos no han sido patentados por los grupos culturales que primero descubrieron sus características curativas. 726 toneladas de “uña de gato” (Uncaria tomentosa) fueron cosechadas en Perú en 1995 y exportadas a países extranjeros. En enero de 1999, el precio para la “uña de gato” en los Estados Unidos, sin procesar y a granel, era de aproximadamente once dólares por kilogramo.
[6] Debe rescatarse el convenio realizado entre la Universidad Agraria La Molina y Laboratorios Hersil orientado a la investigación, desarrollo y comercialización a partir de plantas medicinales.
[7] La fitoterapia se puede definir como la ciencia que estudia la utilización de los productos de origen vegetal con una finalidad terapeutica, ya sea para prevenir, atenuar o curar un estado patologico.